jueves, 2 de mayo de 2013

Síntomas irreductibles de un mal gobierno: #PactoPorMéxico #Duarte #Robles #LadyProfeco

Vía @Serxiuxo



Del mal gobierno, ni la oposición ni los detractores tienen la culpa. 

Peña Nieto tuvo muchas complicaciones mediáticas durante campaña y hasta su toma de posesión, el 1 de Diciembre de 2012. 

Nunca fue elegido un presidente priísta con tan pocos sufragios. Independientemente de los casos probados de coacción del voto y rebaso de tope de gastos de campaña, que el Tribunal Electoral nunca certificó, las redes sociales y medios independientes de información y comunicación social, durante el año electoral, fueron un dolor de cabeza para el presidenciable del PRI. La línea entre las descalificaciones y la calumnia es muy delgada, los insultos se vuelven rápidamente síntomas de violencia. Sin embargo, no es la oposición política la que ha producido la crisis del actual presidente. 

Las cifras oficiales de los comicios de 2012 son las siguientes. 

Enrique Peña Nieto, 19, 226,784 votos, 38.2% 

Andrés Manuel López Obrador, 15, 896,999, 31.5% 

Josefina Vázquez Mota, 12, 786,647, 25.4% 

Es decir, la oposición obtuvo el 57% de los votos totales. 

El descarado fraude de 2006 fue un grave retroceso para la sanidad política del país; finalmente, don Carlos Ugalde decidió que era más fácil mantener de su lado, y del de las instituciones, a la mitad de la población que la otra mitad en su contra. 

Estas son las cifras de 2006. 

Felipe Calderón, 15, 000, 284, 35.8% 

Andrés Manuel López Obrador, 14, 756, 350, 35.33% 

Roberto Madrazo Pintado, 9, 301, 441, 22.2% 

La derecha panista, que bien conoce los sucios hábitos del utilitarismo, ganó en el año 2000 la presidencia gracias a la movilidad de la clase media, principalmente de los jóvenes. La derecha e izquierda juveniles pueden convivir y coincidir en todos los espacios que se pueda sin corromper sus fundamentos y categorías. Han formado, ambos polos, una fuerza de oposición con la que los órganos de gobierno no han sabido lidiar ni promover el diálogo. Un claro ejemplo fueron las movilizaciones estudiantiles durante el pasado año electoral, de universidades públicas y privadas, con fuertes ánimos de encontrar filiación e identidad con un espacio público común. 

El paternalismo que la figura presidencial representa para México, y su prestigio, han recibido constantes tundas, en las diversas redes sociales, por los distintos sectores juveniles en el país, principalmente en las tres grandes ciudades, Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey; no así de los estratos de la población más marginados. 

Y es que la miseria y el fanatismo de los colectivos ha sido bien explotada, históricamente, por los cultos y poderosos del PRI; a mitad de los años 40´s, Maximino Montiel Olmos y sus colaboradores, Filiberto Gómez Díaz, Carlos Riva Palacio, Wenceslao Labra y los hermanos Abundio, quienes rápidamente se hicieron de los servicios de un joven maestro rural de Atlacomulco, Carlos Hank Gonzáles, formarían una nueva élite priísta que, hasta hoy día, ha ido adaptándose al ambiente, entretejiendo una relación simbiótica con el quehacer político. Se han especializado en forjar y mal educar generaciones de militantes en todos los escalafones y roles que la administración pública requiere. Se han vuelto, pues, expertos en estructura y estrategia. Para mediados de los 60´s habían ocupado cerca del 80% de la función pública: secretarías, órganos de gobierno, departamentos, procuradurías. Su líder, Maximino Montiel, aprendió las costumbres del proselitismo más vulgar, mantuvo a sus “mal vestidos”, como él mismo llamaba a la militancia de base, sobre una sólida plataforma con un papel insustituible y fundamental para el partido. 

Durante el pasado proceso electoral de 2012, esos grupos porriles de choque no pudieron contener la fuerte ola de vituperio y pitorreo al que hoy ocupa la presidencia del país. Cada desliz, cada tropiezo y cada error fueron exhibidos, públicamente, en todas las redes sociales y medios de comunicación independientes y alternativos del país. 

No solamente, como destaco al principio de la nota, el PRI gobierna por vez primera con un menor porcentaje de votos que el de su oposición (PAN-PRD), sino que la figura del ejecutivo se ha tergiversado, de una sólida estatua de hierro, firme y temeraria, a una figura de burla; insisto, principalmente en los sectores juveniles, estudiantiles y clase medieros. 

Aquella tarde en el auditorio de la Universidad Iberoamericana, cuando a Peña Nieto, aun candidato, le reventaron un acto de campaña y la cosa terminó en el baño, fue clave. Otros errores básicos y apariciones públicas desafortunadas fueron el de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, donde confundió “La silla del águila” de Enrique Krauze con otra de Carlos Fuentes, y algunas otras fallas aritméticas en un conferencia con la comunidad científica de la UNAM, por mencionar algunas. 

Recientemente, ha confundido, en pleno foro México: Educación de Calidad, la capital de Veracruz con Boca del Río. @verodanell (Twitter), fue censurada y despedida de Meganoticias por difundir el video de lo ocurrido. Poco tiempo después, Javier Duarte, gobernador del estado, fue galardonado por el apoyo al periodismo veracruzano. Qué cosa. 

Sin embargo, no son las descalificaciones, ni el fanatismo en su contra lo que Peña Nieto enfrenta hoy en día. 

El PAN y el PRD han decidido no ir más en conjunto con el PRI a favor del Pacto por México, aunque el primer zurdo en abstenerse oficialmente fue Miguel Ángel Mancera. Exigen, ante las Comisiones Mixtas del Senado, como condicional para reanudar el dialogo con el ejecutivo y las fracciones priístas en las cámaras, que Rosario Robles sea destituida de Sedesol, pues es acusada por el delito de desvió de recursos públicos (Artículo 223, Código Penal Federal). 

Acción Nacional, a través del diputado federal Humberto Alonso Morelli, presentó el 16 de Abril una denuncia penal por el uso ilegal de programas federales, estatales y municipales por parte del PRI, en la que intervienen 59 servidores públicos, así como la identificación de funcionarios del Instituto Federal Electoral y del Instituto Electoral Veracruzano que han autorizado cambios de domicilio de electores entre municipios que no son procedentes de acuerdo con la normatividad legal, principalmente a los municipios de Boca del Río y Veracruz. 

También, se le acusa al gobernador Duarte de cometer numerosos delitos previstos en el Código Penal y en cuatro leyes –asociación delictuosa, entre ellos–, así como el Programa de Blindaje Electoral 2013 de la Sedesol por condicionar la entrega de los programas sociales como Oportunidades, pensiones, despensas, sillas de ruedas, prótesis auditivas…” (Fuente: Revista Proceso, http://www.proceso.com.mx/?p=339658&utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+revista_proceso+(Revista+Proceso))

La destitución de Ranulfo Márquez Hernández, ex titular de Sedesol de Veracruz, así como de Felipe Sosa Mora, coordinador operativo; Ely Jesser Mendoza Isidoro y Raúl Molina León, jefes de zona; Graciela Tejeda Martínez, enlace operativo de 65 y Más; Jesús Balbuena Buenrostro, Oportunidades, y Mariano Molina, supervisor de Oportunidades, no exime las investigaciones contra Sergio Vera Olvera, vocal ejecutivo del Registro Federal de Electores, y Carolina Viveros Gonzáles, presidenta del Instituto Electoral de Veracruz, por facilitar la infiltración de priistas como funcionarios y realizar cambios de credenciales de elector indebidamente. 

En otro caso más vergonzoso, a Andrea Benítez, hija de Humberto Benítez Treviño, titular de Profeco, se le negó una mesa en el restaurante Maximo Bistrot, en la colonia Roma, por no contar con previa reservación; más tarde, fueron enviados inspectores de dicha procuraduría para clausurar el lugar. Andrea, #LadyProfeco, también tendrá que afrontar cargos, pues el tráfico de influencias es un delito (Artículo 221, Código Penal Federal). La destitución de su padre, Humberto, es una carta que Peña Nieto tendrá que quemar para salir del embrollo. 

El presidente cuenta con dos hombres muy inteligentes a su lado, Luis Videgaray y Osorio Chong, secretarios de Hacienda y Gobernación, respectivamente. Sabrán llevar la situación, de alguna manera, porque así lo exige la dialéctica electorera priísta. Sin embargo, cito el primer párrafo de esta nota, “Del mal gobierno, ni la oposición ni los detractores tienen la culpa.”

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