viernes, 26 de abril de 2013

Tlatelolco, verano del 68.


(Foto: www.maspormas.com)


Le falta fuerza y brío; sin embargo, es un filme atrevido que conduce rápidamente a la nostalgia.

Aquella tarde roja del 2 de Octubre de 1968, 15 mil balas, anunciadas por las bengalas rojas que cayeron del helicóptero de la Secretaría de Defensa, cortaron el espeso aire antes de que el sol pudiera esconderse; desde los palomares de la iglesia de Santiago y los balcones de los edificios aledaños, la cobarde brigada blanca protegió a 5 mil militares que no dejaron un solo estudiante de pie en los adoquines de Tlatelolco.

300 muertos, 700 heridos, 5 mil detenidos, muchos de ellos desaparecidos, y 10 días después, don Gustavo Díaz Ordaz inauguró los Juegos Olímpicos en Ciudad Universitaria.

45 veranos a la fecha, la ejecución del poder político para disolver protestas juveniles o estudiantiles, o de cualquier tipo, a través de la violencia, a otra clase de cobardes les parece responsable.

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