martes, 7 de mayo de 2013

Naufragan los pactos, coaliciones y diálogos entre fracciones sobre crisis y vacilaciones.


Vía @Serxiuxo

“Del mal gobierno, ni la oposición ni los detractores tienen la culpa”, cito de mi nota Síntomas irreductibles de un mal gobierno (http://www.sdpnoticias.com/columnas/2013/05/02/sintomas-irreductibles-de-un-mal-gobierno-pactopormexico-duarte-robles-ladyprofeco). 

Luis Videgaray y Osorio Chong, los maquillistas de las crisis que el gobierno federal ha enfrentado y que bien han aprendido los hábitos de la dialéctica priísta, no son los hombres más influyentes ni poderosos del priísmo pero sí los más listos. Los dolores de cabeza, esa Rosario Robles, Duarte, el #PactoPorMéxico, Moreira, los Deschamps, #LadyProfeco y el magisterio, son síntomas de burdos cálculos en la ejecución del poder político y falta de capacidad de prevención y reacción a los problemas públicos. Sin embargo, de alguna manera, aquellos dos hombres limpian las penosas escenas cuando algo sale mal. 

El gobierno de Miguel Ángel Mancera ha sufrido crisis similares por fallas infantiles de coordinación, logística y comunicación, así como de falta de tacto en demasía. El primero de diciembre, los perros asesinos y el #HazmeUnParo de la familia Zapata son las faltas más escandalosas. Los Serna Chávez, Julio y Luis Ernesto, junto con Héctor Serrano Cortés, los colaboradores más íntimos del jefe de gobierno del ciudad, también han acudido rápidamente a su rescate cuando en embrollos se ha metido. 

La izquierda institucional que Mancera representa tiene muchas similitudes con la derecha mesurada priísta que encabeza el gobierno de Peña Nieto. En primer lugar, la inexperiencia es imposible de disimular. La timidez de ambos bandos los ha conducido rápidamente a las crestas de la intolerancia y el cese del diálogo; una vez que la lucidez tergiversa, las válvulas de escape coercitivas son irresistibles. Los Zambrano, los chuchos, pues; como los Montiel y los Camacho, viejos coyotes colmilludos que juegan detrás del conflicto cotidiano, también han padecido crisis por falta de eficacia en el manejo y operación en las que sus subordinados han caído. 

Sin embargo, no son las descalificaciones ni los chismes tuiteros los que han puesto a prueba la calidad moral y responsabilidad de nuestros dos gobernantes principales, Mancera y Peña Nieto, como tampoco la oposición de sus fracciones. La crítica no es la causa de las crisis que han sufrido sino, por el contrario, sus malos gobiernos. 

Por la mañana, un feo accidente sobre la autopista México-Pachuca ha dejado 20 personas fallecidas y más de 35 heridas. Una pipa de gas explotó y la onda expansiva alcanzó varios autos e inmuebles alrededor. Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, se encuentra en una visita oficial en el Vaticano; santa jodida cosa. Estúpido sería repartir culpas; seamos serios, desafortunadamente fue un imprevisto lamentable que, ahí la cosa, fue atendido e instruido vía telefónica por Ávila a través de Salvador Neme, secretario de seguridad de la entidad. 

Ante el tormentoso deslinde del PAN y PRD del #PactoPorMéxico, tras denunciar a Rosario Robles por desvío de recursos del programa de desarrollo social Cruzada Contra el Hambre, y a Javier Duarte, gobernador de Veracruz, por financiar campañas con fondos del erario y coludir funcionarios del instituto electoral del estado, Luis Videgaray, mientras acompañaba a Peña Nieto en una gira por Campeche, coordinó ayer las intermitencias y fragmentos del pobre pacto que se trataban en Palacio Nacional, sí, vía telefónica. 

Hoy por la mañana también, Carmen Aristegui debió provocar hasta el ayuno a Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León, cuando, en el programa que conduce en MVS Radio, le preguntó por unos viajes en avión privado con un costo de 50 mil pesos la hora. Medina de la Cruz, que por supuesto no tiene el nivel de manejo de lenguaje que la talentosa periodista sí, claudicó. Confesó que el uso de tal avión no necesariamente es para salidas oficiales, a veces lo usa en familia para viajes de descanso. Aclaró, enfáticamente, que jamás ha gastado el presupuesto del estado para pagar sus caprichos, incluso argumentó que, ante la situación del país, es un protocolo de seguridad para él y los suyos. 

Otro lindo gobernador, que atiende desde un despacho en el Ayuntamiento los problemas de su estado, es Ángel Aguirre, encargado del ejecutivo de Guerrero. La sanidad del conflicto magisterial, producido por las absurdas protestas a la absurda reforma educativa, parece no encontrar su estabilidad en la pequeña cabeza de Aguirre. 

Mientras Peña Nieto, y sus más cercanos colaboradores, tanto como Mancera y los suyos, no pongan orden en los niveles inferiores de sus gobiernos, y los chuchos y Camachos se mantengan tibios, las crisis políticas que enfrentan, y para las cuales no han podido encontrar remediales sólidos ni éticos, los pactos, coaliciones y diálogos entre fracciones se mantendrán por el camino del vacile. 

Total, tranquilos todos. Están ellos telefoneando, pactando y gobernando. 


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