martes, 19 de marzo de 2013

Nuevo Jetta 2013, un incomprendido e innecesario auto perdido en el tiempo.


Vía @Serxiuxo. 
  
Sin escrúpulos y lamentablemente, Volkswagen de México ha lanzado al mercado una nueva versión de su sedán insignia, un Jetta austero. 

Ya en su sexta generación, la marca germana fabrica dicho modelo para casi todo el mundo. Apenas unos años atrás, fue el auto más aspiracional del mercado mexicano, siendo su cuarta generación la que marcaría, enfáticamente, un parámetro de calidad e innovación para otros fabricantes por allá en el año 2000. La quinta generación, a pesar de la competencia, se mantuvo sólida y firme entre las olas mercantiles que la asecharon. La oferta creciente, la manufactura china y la internacionalización de las empresas automotrices han mermado el éxito del Jetta, aunque en nuestro país cuenta con un número considerable de seguidores, actualmente. 

La versión tope de este año es el GLI con un motor 2.0 litros turbo FSI, caja DSG, bloqueo electrónico del diferencial, controles de estabilidad y tracción, tapicería y estética exclusiva, así como otras amenidades, por la friolera de 400 mil pesos. No una ganga pero vale cada peso. 

Sin embargo, cuando un fabricante ofrece un producto competente coadyuva al desarrollo del mercado. En caso contrario, cuando fabrica una mercancía de baja calidad disolviendo su estrategia de venta fundamental, y se involucra en un sector que no tenía planeado, se comprometen sus expectativas y funciones que satisfacería inicialmente. 

La nueva versión base del Jetta será propulsada por un motor con más de 20 años en el mercado, el viejo SOHC 2.0 litros con 115 HP, la suspensión trasera y frenos serán idénticos a los que portara la quinta y anterior generación (conocida en el país como Bora), no contará con ABS ni rines de aluminio, y sus únicos aditamentos de confort serán un radio y aire acondicionado, tampoco habrá equipo eléctrico. Desde luego, ningún elemento de seguridad activa será incluido; el airbag se equipará por separado, y el costo final será de 220 mil pesos. Sólo las versiones Sport y Style contarán con equipo “completo” y el motor, aunque también de la anterior generación, cinco en línea de 2.5 litros. 

La lista de espera es grande, pues algunos podrán hacerse de un auto cero kilómetros que alguna vez fue el parte aguas del mercado, no sólo nacional, aunque por dentro sea una chatarra. Volkswagen lleva fabricando y ofertando autos bajo esta lógica muchos años. Actualmente vende, aún, la cuarta generación del susodicho modelo bajo el nombre de Clásico, y los autos “internacionales” como el Golf, el nuevo Polo, Passat, Tiguan y Touareg tienen un costo elevado para la media del consumidor mexicano. Ni hablar, si les funciona y su volumen de ventas aumenta, será difícil que la marca pueda invertir para manufacturar, ensamblar o importar otros modelos más recientes pues el país no habrá de requerirlos. Una pena.


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