viernes, 22 de marzo de 2013

El antisemita y racista origen de la semana santa.

Vía @Serxiuxo

La semana santa es, para los cristianos, la conmemoración de la muerte de Jesús. Los días más importantes son el Jueves, Viernes, Sábado y, de sobre manera, el Domingo de resurrección; y, aunque sabrá alguien qué significa tal cosa, para los cristianos porta un carácter fraternal ya que es, sustancial y fundamentalmente, un compromiso de filiación y pertenencia; no les gusta saberse solos, pues. Quizás de tal comprensión nazca el hábito de las desmañanadas en Domingo para ir a la iglesia y, luego, resucitar de una tibia resaca mientras las ansias de una tarde frente al televisor se vuelcan imperturbables. 

Fue durante el Concilio de Nicea I, en el año 325 y convocado por el emperador Constantino I y el obispo San Osio de Córdoba, con el inminente derrumbe del Imperio Romano y el hambre de la unificación de la iglesia cristiana, donde se estableció que la pascua habría de ser celebrada bajo ciertas restricciones. Primero, pues, sería en Domingo. Luego, que no se empalmara jamás de los jamases, Jesús de Veracruz, con la pascua judía que se celebra cualquier día y no irreductiblemente el séptimo de la semana. Finalmente, fue don Dionisio el Exiguo, el fundador del cálculo de la era cristiana, quien pusiera orden entre alejandrinos y romanos para definir el día de la pascua. 

Cito: "La pascua de resurrección será el Domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena, tras el equinoccio de Primavera, y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello, puede ocurrir no antes del 22 de Marzo y el 25 de Abril como muy tarde."

Amen. 

Muchos siglos después, para el siglo XIX, el protestantismo luterano que también celebra la semana santa a su manera, enfocada a la pasión de Jesús, encontraría su cresta epistemológica en la industrialización alemana y el pragmatismo sociológico. 

Cito del “Antisemitismo jalifista” (http://www.sdpnoticias.com/columnas/2013/02/14/el-antisemitismo-jalifista, mi columna del día 14 de Febrero de 2013: "Toda la obra de Weber es fundamental y orgánicamente antisemita, no sólo redujo la metodología del materialismo marxista sino que contribuyó con abundantes herramientas, una tras otra, a la conceptualización de lo espiritual como agente subordinante, o subordinado, de la actividad económica. Pensaba, pues, que la comunidad judía, debido a su orden espiritual, tiene una concepción distinta de las esferas políticas y económicas y, por tanto, habrían de participar, históricamente, en menor proporción en las capas ilustradas de la industria. Así, diferenció el acercamiento de la comunidad judía y católica, respecto a la protestante, y la sustancia de las relaciones de trabajo entre estas, con las actividades económicas exitosas a partir de las capacidades de trabajo e inclinaciones donde, según el autor alemán, serían los protestantes los que escalarían los puestos superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial hacia el progreso económico." 

Cada acto de fe cristiana y protestante, como la conmemoración de la semana santa, ha reducido, históricamente, las posibilidades de conciliación con la comunidad judía. 

Luego, otro día, les hablo más de Jesús; mi semana santa, y con ello mis vacaciones, están por comenzar.

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